Comenzamos las esperadisimas vacaciones de Semana Santa, unos días que aunque no podamos movernos, nos pueden servir para desconectar.
Esto muchas veces es complicado, y cuando lo hacemos de pronto que regresar. Y lo peor de todo, es que muchas regresamos a ese verdadero calvario al que muchos están acostumbrados.
Regreso de las vacaciones y vuelvo a ver la cara a mi jefe, a mi compañero que no aguanto o como no, a mi profesor de historia que me duerme.
Y ¿cómo me enfrento a eso?
Existen varias fórmulas, una de ellas es la más común y que ya conocemos todos ajo y agua, sin embargo desde el coaching podemos descubrir algunas herramientas que nos pueden ser muy útiles.
Os puedo ofrecer una pequeña pincelada de una que para mi es de las mejores. LA COMUNICACIÓN, esa herramienta que todos tenemos al alcance de la mano y no sabemos muchas veces utilizar
Vamos a hablar de una metodología basada en un proceso de comunicación desarrollado por el psicólogo Marshall Rosenberg que se focaliza en tres aspectos importantes, la autoempatia, la empatía y la expresión honesta.
Estos pueden o bien ser 3 caballos de batalla si no se saben utilizar, o por lo contrario 3 elementos que nos ayudan a acercarnos a los demás desde nuestro verdadero ser.
El diamante más preciado que tiene el ser humano, es su capacidad de comunicación.
Para poder acercarnos a los demás hay cosas que no debemos de olvidar sobre todo y la más importante es que somos dueños de nuestros propios sentimientos.
Basándonos en la metodología de la comunicación no violenta tenemos como primer paso el observar sin evaluar.
Hay que separar observación de evaluación. Debemos de tratar las cosas sin meter juicios. Si esto no lo entrenamos actuaremos de tal forma que la otra persona pueda tener la impresión de que le estamos criticando.
Las observaciones tienen que ser específicas del momento y el contexto.
“Carlos no ha terminado los informes” en vez de “Carlos es mal trabajador”
Como siguiente paso debemos de expresar e identificar nuestros sentimientos.
Esto puede ser una ardua tarea ya que muchas veces no sabemos expresar con claridad nuestros sentimientos.
Muchas veces a muchos clientes les pregunto ¿Como te sientes? y casi siempre las respuestas suelen ser «Bien» o «Mal». Ambos adjetivos y no sentimientos.
Es importante que echemos un vistazo a nuestros sentimientos, sobre todo cuando nuestras necesidades no están cubiertas. (A esto puedo ayudaros yo)
Para comunicarnos más claramente debemos ampliar nuestro vocabulario de sentimientos que nos haga expresar de una forma clara y precisa como nos sentimos, y algo muy importante, definir cuál es nuestra emoción.
Quizá lo vemos mejor con un ejemplo:
Podríamos expresarnos: “Me siento incapaz de terminar este diseño” sin embargo aquí no hablo de cómo me siento ya que incapaz no es un sentimiento. Sin embargo si decimos “Me siento frustrado por no poder terminar este diseño” podría explicar mas adecuadamente como me siento ante el hecho que me ocupa.
No obstante si este mensaje lo recibimos de otro debemos de tener en cuenta que aquello que dicen los demás es un estímulo pero no la causa de los sentimientos Cuando alguien se comunica negativamente con nosotros, tenemos cuatro maneras de recibir el mensaje:
1. Echarnos la culpa a nosotros mismos
2. Echar la culpa a la otra persona
3. Darnos cuenta de nuestros sentimientos y necesidades
4. Darnos cuenta de los sentimientos y necesidades que oculta el mensaje negativo de la otra persona.
Ante la comunicación con los demás debemos de tener en cuenta los puntos 3 y 4 que nos ayudan a descubrir que es lo que nos está ocurriendo y que en lugar de culpar a la otra persona por lo que nosotros sentimos aceptamos nuestra parte de responsabilidad dándonos cuenta de nuestras propias necesidades nunca sin olvidar las necesidades y sentimientos de la otra personal.
Por ejemplo, “Cuando me dijeron que no vienes a la reunión me has dado un gran disgusto” aquí estamos responsabilizando a la actuación de la otra persona.
Sin embargo, si decimos “Me disguste al enterarme de que no venias a la reunión porque quería aclarar varias cosas contigo” atribuimos el origen de nuestro sentimiento a nuestro propio deseo no satisfecho.
Si centramos la atención en nuestros sentimientos y necesidades tenemos la posibilidad de tomar conciencia de que sentirnos amenazados algunas veces viene por nuestra necesidad de reconocimiento.
Por último no debemos de olvidar la importancia de la empatía.
Mediante la empatía, prestamos atención a lo que observan, sienten, necesitan y nos piden los demás. Esto nos ayudará a acercarnos a los demás ya que al ofrecer esta empatía dejamos atrás la necesidad de dar consejos sobre nosotros y ponemos el foco en lo que el otro puede necesitar.
Es muy importante que entendamos la empatía como la capacidad elegida en acompañar al otro en su sentimiento, estando presente y mostrándole un espacio de confianza donde pueda sentirse con la libertad de poder expresarse sin sentirse vulnerable o incomprendido.
Hay que tratar de entender cómo se puede estar sintiendo el otro que posiblemente está viendo las cosas desde sus juicios y mapas de aprendizaje.
Escuchemos para entender y no para responder y siempre tratando de sentirnos mejor con lo que estamos haciendo.
Yo estoy seguro que si muchas veces actuamos con empatía y nos expresamos con honestidad, todo sería mucho más sencillo.
SI SIENTES LA NECESIDAD DE QUERER COMPARTIR ALGO, ESTOY A TU ENTERA DISPOSICIÓN.
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