UNA SORPRENDENTE HISTORIA DE RENOVACIÓN QUE QUIZÁ NO CONOZCAS

La mayoría de las veces, cuando el camino se hace largo y difícil, tenemos la sensación de que no merece la pena luchar, o incluso de que ya está todo hecho.

Vivimos constantemente en una zona de confort donde todo lo damos como válido. Coger todos los días un atasco de una hora lo consideramos algo habitual y lo validamos.

Esto, no nos deja ver lo que tenemos alrededor. Todas esas cosas aprendidas que nos pueden servir para crear algo nuevo.

Sin embargo, no podemos permitirnos dejar de seguir teniendo sueños y luchar fuertemente por conseguirlos.

Todo es cuestión de resiliencia. De saber irnos adaptando a las nuevas situaciones que nos plantean la vida.

En estos días una persona que quiero mucho me ha dicho, «amigo no puedo más, estoy cansado».

Esto me entristece mucho porque yo sé que es un luchador, y que se dará cuenta que necesita un ciclo de renovación.

Yo, sigo constantemente luchando por tener ilusión. Por marcarme metas conseguibles. Por tratar de entender «porque tenemos que cambiar», pero la vida es así. Un camino lleno de momentos inesperados que podemos convertir en retos.

Hubo una vez que compartieron conmigo la historia de «La Renovación del Águila» y llevo tiempo queriendo compartirla con todos vosotros

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